El eclipse es un instante en el que se unen la luz y la oscuridad. Puede entenderse como el cruce de opuestos pero también como la unión complementaria de estos. El ying y el yang de los orientales; lo bueno y lo malo de los indios americanos; el cielo y la tierra de los primitivos maoríes... O lo cóncavo y convexo con lo que soñamos. Instantáneas de un mundo perdido, utopías, logros y fracasos, dialogan en estas historias mínimas de esperanzas grandes.

viernes, 7 de mayo de 2010

Cuando se vaya la bruma

La Plata se caracteriza por los altos índices de humedad durante todo el año. Es una de las ciudades con mayor consumo per cápita de productos antifrizz por parte de las mujeres: shampoos, acondicionadores, ampollas con ceramida, aceites para las puntas, alisadores, y la lista sigue. Todo esto sin contar las planchas como recurso extremo para buscar el “lacio perfecto” de las publicidades.
La ví un día de invierno en que se respiraba neblina. Las calles hablaban con el ruido a fritura de las ruedas de los autos. Las frenadas se extendían unos metros y hacían recurrentes los choques. Las baldosas del piso se convertían en lajas de mármol y no eran recomendables los tacos. Y las farmacias vendían más fortil para los afectados por presión baja.
Iba enfundada en un traje de satén que se tornaba más grueso al absorber la garúa. Su mirada absorbente no ocultaba el gesto adusto. Entonces empezó a vociferar. Maldecía el clima y la afectación del mismo sobre su pelo, cuyas hebras se empezaban a alborotar como cabezas de gárgola.
La miré en silencio y la dejé irse. A los pocos metros, la bruma ya no me dejó verla. Se iba la mujer de bello rostro afectado por el disgusto sobre su pelo.
En esa chica, el marrón de sus pupilas tiene la letanía de cien otoños; y su sonrisa alberga la esperanza de mil primaveras. Sus lamentos son el arrullo de palomas al atardecer; y sus carcajadas el crepitar del trigal cargado de anhelos.
Con todo eso a favor, a esa mujer de piel de losa el rictus de incomodidad le tensa sus labios, que son el camino más terso que se pueda recorrer hasta perderse.
En algún momento se irá la neblina. Ella se dará cuenta de su hermosura.Necesita del sol para saberse luna, única entre simples estrellas de la noche opaca.

1 comentario:

  1. Es muy lindo, tanta poesía generada por alguien con quien cruzaste una mirada...o quizás ni la cruzaste...todos los días tienen momentos mágicos, que por alguna razón, persisten en nuestra memoria. Si cada uno podría impregnar de poesía esos momentos, ningún día sería en vano.
    Increíble lo tuyo... Juli

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