El eclipse es un instante en el que se unen la luz y la oscuridad. Puede entenderse como el cruce de opuestos pero también como la unión complementaria de estos. El ying y el yang de los orientales; lo bueno y lo malo de los indios americanos; el cielo y la tierra de los primitivos maoríes... O lo cóncavo y convexo con lo que soñamos. Instantáneas de un mundo perdido, utopías, logros y fracasos, dialogan en estas historias mínimas de esperanzas grandes.

lunes, 24 de mayo de 2010

Apuesta


Quisiera ser cerebral y calculador
alma de quebracho en cada decisión
y mano de cincel para dirigir
el timón incierto a tierra firme;
aceptar que el mundo es como es
porque no se puede hacer más
que vivir por y para el progreso
como si esa falacia existiera;
esperar que al mendigo el frío
le dé amnistía unas noches más
y el banco postergue embargos;
aceptar como los desencantados
que el amor es un perfecto error
sin una solución a corto plazo...

Pero el jilguero cada mañana
se obstina en cantarle a la vida
y a un niño sus pies descalzos
no le borraron su fiel sonrisa;
unos ojos de niña con miedo
buscan los míos como refugio;
y unos bolsillos con sólo monedas
patean la calle hacia el suburbio
para cambiar resentimiento por pan...

Y entonces me levanto para creer
en el jilguero, la risa del niño,
los que suplican migajas sin odio
y también en los ojos de esa niña.

No pierdo más que la esperanza
si el pájaro un día vuela
el niño se hace hombre triste
los suplicantes tiran piedras
y la niña nunca me quiere.


YA QUISIERA YO: ISMAEL SERRANO

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