El eclipse es un instante en el que se unen la luz y la oscuridad. Puede entenderse como el cruce de opuestos pero también como la unión complementaria de estos. El ying y el yang de los orientales; lo bueno y lo malo de los indios americanos; el cielo y la tierra de los primitivos maoríes... O lo cóncavo y convexo con lo que soñamos. Instantáneas de un mundo perdido, utopías, logros y fracasos, dialogan en estas historias mínimas de esperanzas grandes.

martes, 8 de julio de 2014

Mundial del interior


Hace 24 años, cuando fue la última vez que Argentina llegó a una semifinal, tenía que hacer 7 kilómetros en bicicleta del campo al pueblo para festejar; cada vez que el Goycho tapaba el último penal de una serie, abrazaba a mis viejos y un vecino y empezaba a pedalear sonriendo. La vida de mis viejos se quedó en aquel campo con mi infancia; frescos como la sonrisa de Cani.


Hace 16 años, cuando fue la última vez que Argentina enfrentó a Holanda, entré a trabajar a un diario a las 5, para escribir un suplemento de economía, algún análisis e irme con amigos. La expulsión del burro fue la herida, el pase largo la amplió y Bergkamp clavó un cuchillo calado para que no suturara. Desandé las calles con la pera temblando y los ojos vidriosos; a la noche no podía dormir, ya no tenía sueño. Era como si la vieja estuviera triste.