Cada elección es resignación
tomada a veces en confusión
o con algún trasfondo de dolor
pero con la convicción del adiós.
Si me fui de tu lado esa noche
fue por la sentencia inapelable
de tu boca rogando sus labios
y de tu cuerpo en fértil espera
como la tierra anhela el arado.
Hoy mitigo el frío de la soledad
sólo con el calor de la fiebre
que me visita en este invierno.
Tu lamento será cruel condena
y la necedad mi fiel castigo
pues me fui de tu sombra
porque eso tú decidiste
pero no te fuiste de mí
pues aún espero por tí.
Todas las sentencias son apelables. siempre nos queda el recurso extraordinario de revisión. siempre nos queda la esperanza, siempre nos queda el perpetuo recuerdo de los besos de miel.
ResponderEliminarme ha encantado caer por aquí. un saludo
Carlos, el agradecido soy yo por tu visita y firma. Y sí, ya que hablamos en términos jurídicos, hasta el peor desaire tiene que derecho a su recurso de queja ante la corte suprema de los ángeles que velan por nuestro amor propio.
ResponderEliminarUn abrazo
Yo pase des pues de tanto tiempo a visitarte y te aseguro que me has sorprendido como de costumbre.
ResponderEliminarMe retiro extasiada de tu espaciosideralbloggeriano. Jejeje
Besotes
Gaby♥