El eclipse es un instante en el que se unen la luz y la oscuridad. Puede entenderse como el cruce de opuestos pero también como la unión complementaria de estos. El ying y el yang de los orientales; lo bueno y lo malo de los indios americanos; el cielo y la tierra de los primitivos maoríes... O lo cóncavo y convexo con lo que soñamos. Instantáneas de un mundo perdido, utopías, logros y fracasos, dialogan en estas historias mínimas de esperanzas grandes.

domingo, 18 de julio de 2010

Caminos


Está bien lo nuestro no pudo ser. Fue una flor que se quedó en pimpollo. La seda en capullo. La esperanza por hacer. Los sueños por cumplir o resignar. Se quedó pendiente como la justicia en el patíbulo. Pero a la vez tan eterno como la injusticia en las calles.
Por eso hoy soy cuerpo a la deriva sobre olas de mil sábanas; alma en pena por un ideal trunco; corazón que pendula en puertos sin amarra; alas de libertad agotándose buscando nada; mariposa zigzagueando en el aire sobre el fuego; la mirada inquisidora frente al espejo en las mañanas; los ojos cansinos sobre mis zapatos pesados en el atardecer; y los párpados dando el requiem en cada noche.
Si un día me ves por la calle crúzate de vereda. No soportaré ver que feliz concretaste lo pendiente. Mientras yo olvidé el camino que empezamos. Tú encontraste la fuerza y yo la resigné. En mis bolsillos vacíos guardo cuentas a pagar, una brújula rota y un verso de Neruda: “es tan corto el amor y tan largo el olvido”.

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