El eclipse es un instante en el que se unen la luz y la oscuridad. Puede entenderse como el cruce de opuestos pero también como la unión complementaria de estos. El ying y el yang de los orientales; lo bueno y lo malo de los indios americanos; el cielo y la tierra de los primitivos maoríes... O lo cóncavo y convexo con lo que soñamos. Instantáneas de un mundo perdido, utopías, logros y fracasos, dialogan en estas historias mínimas de esperanzas grandes.

lunes, 16 de agosto de 2010

Tarde


Qué tarde te busqué. Qué tarde te descubrí. Qué tarde te pensé. Y más tarde te soñé. Cuando el piélago del atardecer se cierne sobre nuestros destinos, caí en la cuenta. Cuando se bifurcan los caminos que una vez estuvieron unidos lo entendí.
Yo jugaba y tú razonabas. Después yo pensaba y tú soñabas. Cuando yo soñé ya habías huído a otros brazos. Siempre tarde. Pero en definitiva tras de tí. Pensando en tú felicidad hasta renunciar a la mía si es preciso.
Cuando finalmente te vea sonriendo a otras pupilas y descansando en otro pecho, todo habrá terminado. Se habrá acabado el atardecer de nubes sanguíneas y lágrimas tíbias. Llegará la noche. Dormiré en paz. Tal vez sea tarde para amanecer.

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