Entre resabios de ignorancia y atisbos de saber
Voy hacia ti a tientas como el ciego por la acera.
Aunque maldigo aquella hora en que te conocí
Pues terminé preso de tus deseos y sueños
No reniego ni me arrepiento en modo alguno
Ya que las horas de mi destino en ciernes
Se repartían en la libertad de mis miedos
Que hoy duermen como niño en tu regazo
Y espero no despierten como pesadillas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario